jueves, 15 de febrero de 2007

Cuando el arte ataque (5ta. parte)

La fama es puro cuento

Por los años 30 - 40, los estudios de cine norteamericanos apoyan gran parte de la promociòn de sus films en lo que luego se denominarìa Start Sistem o el ensalsamiento de las figura actorales. Nacen asì - siguiendo una tradiciòn del periodismo amarillo - las revistas de espectàculos y chimentos, alimentando la atenciòn del pùblico consumidor de pelìculas con los avatares y pormenores de las estrellas cinematogràficas. Gana un lugar preponderante la figura del actor y toda la industria cultural se apoya en este fenòmeno. Los catchès de los actores màs codiciados se elevan a la estratòsfera.
La historia del arte està plagada de ejmplos de artistas de gran reconocimiento - post mortem - que en vida apenas subsistìan con la labor de su arte. Un caso ejemplar lo constituye la vida de Van Gogh, quien muriò en la pobreza y la locura y hoy sus cuadros cotizan a millones de dòlares. Tambièn hay excepciones a la regla como son las biografìas de Pablo Picasso, Salvador Dalì o Guillermo Kuitca.
¿Què variables entran en juego a la hora de valorar en su justa medida el trabajo y la obra de un artista? Algunos diràn: la calidad de la obra; otros, la trayectoria. Otros hablaràn de la insidencia del artista en el seno del movimiento estètico y sus rupturas y reformulaciones al cannon o la academia. Para los excèpticos el valor de un artista radica en los contactos y la calidad de los mismos, que pueden influenciar en la valoraciòn social de su obra.
Hay diversos circuitos de legitimaciòn en el ate que tienen que ver con grupos sociales y econòmicos; con tendencias ideològicas y hasta polìticas; pero como señala al canciòn: Dios està en todas partes pero atiende en Capital, es una realidad muy fuerte que motiva al èxodo de artistas a la "Meca" de la consagraciòn. Realidad concreta muy fuerte pero cuestionable. Esta migraciòn de artistas del interior al puerto de Buenos Aires guarda similitudes con la historia de muchas profesiones y hasta la politica misma: el triunfo se logra en la capital de la repùblica. Aunque esto nunca o casi nunca se ve coronado por el èxito. Legiones de artistas àvidos por insertarse en los circuitos culturales de legitimaciòn.
Las promesas se diluyen ràpidamente en el aire y es muchas veces la perseverancia y la tosudèz en la trayectoria lo que indica como uno de los criterios vàlidos para opinar sobre quièn es artista, quièn no y si su obra vale.

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