jueves, 31 de enero de 2008

Chau Lorusso

Peligro de gol, peligro de gol: goooollll

Todo pueblo que se respete tiene sus personajes locales: el degeneradito, el loquito de la bicicleta, el chorro compulsivo, el borrachín empedernido. Lorusso pertenecía a esta galería de personajes inolvidables del pueblo.
El loco Lorusso era un tipo un tanto hosco, con su bicicleta a cuesta y su megáfono al cuello; sus salidas espontáneas de relator de fútbol o difusor amateur de tangos, lo destacaban de la monotonía pueblerina. Memorables son las encuestas improvisadas sobre campeonatos , mejores jugadores y demás yerbas futbolísticas.
Vivía de vender rifas y en eso no era un loco, la tenía muy clara. Las rifas eran del club de sus amores: El Club Mercedes. Como un hincha más, conocía el fixture de la temporada, los jugadores, las merjores jugadas y las anécdotas. Su casa era un altar a su pasión futbolera.
Una anécdota fue cuando pasó MAradona por los tribunales de Mercedes y el loco con su megáfono bociferaba desde la plaza central a favor de los jugadores locales: ni Maradona, ni Batistuta ... Bomaggio es el mejor.
Otra para la historia fue cuando un desesperado se había colgado de una antena de radio en pleno centro de la ciudad y amenazaba con tirarse. La policía y los bomberos estaban presentes y como no podía ser de otra manera los curiosos del pueblo y el Loco. Lorusso con bicicleta y todo alentaba con su megáfono a no tirarse, a querer la vida. Los bomberos le pidieron el megáfono y así rescataron al potencial suicida.
El loco era parte de una postal mercedina. Se nos fue en verano, sin campeonato y con la gente de vacaciones.
Chau loco, mejor suerte en el cielo. Adiós, Lorusso.

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