Las voces que no se escucharon
El nivel de conflictividad parece haberse disparado en el último fin de semana. Los hechos se sucedieron a partir del sábado con el despeje de la ruta nacional cercana a Gualeguaychu, la aplicación de la fuerza de gendarmería y el arresto de algunos chacareros - entre ellos De Angelis, el referente más combativo del sector del campo -, la espera tensa y posterior liberación de los chacareros arrestados y la reacción de los sectores más allegados al campo y su respuesta con cortes masivos de rutas y un cacerolazo en varias ciudades del país - sms mediante -.
En esta escalada de violencia contenida, los dos sectores en pugna esgrimieron sus argumentos por los medios de comunicación: almuerzo con la diva mediatica más vieja de la televisión, expresión confrontativa de simpantizantes del gobierno en conferencia de prensa, programas políticos que analizaban los hechos.
Unos y otros expusieron sus verdades: los productores, los funcionarios, los intelectuales, los sacerdotes, los gremialistas, los empresarios, los periodistas, los manifestantes caceroleros y los chacareros.
Todos se expresaron, opinaron, amenazaron y culparon. Pero hubo algunas voces que no se escucharon en todo este conflicto, en esta pugna soterrada entre dos modelos de país: los sectores populares y los trabajadores.
Aquellos que alguna vez tomaron las rutas en señal de protesta, los originales piqueteros, los olvidados, los ninguneados.
De ellos nadie ha escuchado una sola palabra. Y es que asisten a este conflicto como meros espectadores, como víctimas de un enfrentamiento que los sesga y los arroja al desabastecimiento, el hambre, la miseria y la falta de trabajo.
Cien días de conflicto y los que sufren en sus mesas las consecuencias de este enfrentamiento socio-politico-económico, los que lo padecen en su día a día - por la falta de alimentos, la presión psicológica de los medios de comunicación, el corte de rutas y la falta de combustibles y transporte - no han podido ser escuchados.
Ahora parece que existe un camino de solución posible: la presidenta ha envia al Congreso Nacional el proyecto de las retenciones agropecuarias para ser tratado por los diputados y senadores.
Se abre una esperanza. Que todas las voces sean tenidas en cuenta y que la equidad nos gobierne y nos guie.
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