martes, 10 de junio de 2008

Casualidades indignas

Efemérides absurdas


La vida nunca deja de sorprender. Celebrando el día del periodista y una figura destacada del mundo periodístico argentino se muere el mismo día. Hablo de Bernardo Neustad, Berni para los amigotes del poder militar y neoliberal, un monje negro que manipuló la opinión pública desde la pantalla de televisión y los medios radiales.
"Tiempo nuevo" era el programa político por excelencia durante los años de plomo - 1976 a 1983 -, donde el Berni y su locuáz partener Grondona exaltaban los atributos republicanos de los militares y el grupo de poder económico de turno. "Doña Rosa" fue la televidente destinataria de los comentarios y opiniones que Berni hacía a los cuatro vientos en teve. Estereotipo de ama de casa, ignorante ciudadana que absorvía todo lo que Neustad le vendía, apelando al sentido común, las buenas costumbres y al "por algo habrá sido" - tan nefasto en aquellos años de dictadura -.
Democracia mediante, el Berni se posicionó con el poder de turno. Díscolo como pocos, variante en sus apreciaciones pero siempre listo para el mazazo mortal que hundiera al político que contradijera la opinión y la voluntad de los sectores oligárquicos: esos que sostenía el Berni. Alfonsín puede dar cuenta de ello.
Con Mendez la cosa viró y el clima se asemejaba a los años dorados de Martinez de Hoz, privatizaciones y debilitamiento del Estado: Neustad apoyó este proyecto desde su lugar de combate periodístico y gozó de la farandulización y el cholulaje a lo "Pizza con champaña"- basta revisar las revistas Caras, Gente y demás, donde el Berni aparece cual dandy recaucheteado por el Botox -.
Hay que acordarse de la plaza del si, de los lobbys por la re-re-elección, del Pacto de Olivos, de la pelea en contra del aborto.
Berni fue un periodista que engendró periodistas y un estilo periodístico manipulador de la conciencia política y ciudadana de la sociedad Argentina.
Cayó en desgracia junto a sus referentes políticos -Menem - por desgaste - murió a los 83 años -, pero dejó su marca en la memoria de un pueblo - a pesar que detestaba de esas dos palabras -.

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