jueves, 20 de marzo de 2008

Sobre la pascua y la memoria


Perdona nuestros pecados ...


El tiempo de la Pascua es un tiempo de reconciliación y de perdón. Perdón que muchas veces cuesta otorgar y tantas otras pedir.

Este año las pascuas se celebran entre el 20 y el 23 de marzo; el lunes siguiente, luego del domingo de pascua, se cumple un nuevo aniversario del golpe de estado del 76.

La iglesia católica, la parte más conservadora y ortodoxa de esta iglesia, ha hecho del perdón y del arrepentimiento uno de los argumentos para socegar y apaciguar y ocultar las atrocidades cometidas en los años de plomo - 76 al 82 -.

La misma iglesia que dio la bendición a los jerarcas dictadores para apaciguar y ordenar la convulsionada realidad Argentina de aquellos mediadios de los 70, pregona el perdón y el olvido para los mismos militares que torturaron y asesinaron a miles de argentinos desde una politica de estado avalada por sectores de la sociedad argentina, con el beneplásito del gobierno de los EStados Unidos.

Uno de los sentidos de la pascua es el recordatorio del sacrificio que dio Jesus para salvar a la humanidad y restablecer ese lazo de comuniòn con Dios. "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" es la célebre frase de Cristo en la cruz y que nos redime de todo error.

Según los testimonios de algunos sobrevivientes del terrorismo de estado argentino, muchos militares sintieron aversión frente a aquellos jóvenes desaparecidos que invocaban la figura de Dios y Cristo en un Padrenuestro. Todos les negaron la posibilidad de salvación y hasta algunos siervos de Dios - Von Wernick - brindaron sus servicios para torturar psicológicamente a los torturados.

¿Qué perdòn se merece un asesino que mata sin piedad; que no se conmueve frente a un hermano en la fe e invoca la misma fe para cometer el asesinato?

¿ En nombre de quien pueden justificarse esos mismos asesinos si no perdonaron en su fe?

32 años pasaron de aquel hecho siniestro para la Argentina y su sociedad.

¿Es posible aún el perdón?

1 comentario:

dalton dijo...

El perdón no existe. Las mismas estructuras, las mismas intituciones de ayer, se dedican hoy al olvido colectivo, una nueva forma de tortura social. Debemos ser los perros guardianes de la amnesia histórico-práctica y morder la mano de aquél que marque el camino del olvido y el perdón.