jueves, 1 de marzo de 2007

Carnavales Mercedinos: Postales 1

Alegre mascarita


Pasó mirando de reojo. Eligiéndo cuidadosamente su próxima victima, aquella que de alguna manera respondiera a su mirada.

El aburrimiento había aletargado todo instinto de alerta. La espera de las atracciones del corso se había tornado una pesada agonía. Ya nada llamaba la atención de su mirada.

Agudizó sus ojos pintados con rimmel y con un esfuerzo mínimo de sus párpados atrajo la atención de un distraído. Esbozó su mejor sonrisa y acercándose a la víctima le susurró: " porqué no me tocás la cotorrita?"

Al principio lo miró extrañado, luego reconoció el disfráz y la exageración en las palabras. Examinó la ropa de quien lo interrogaba y vio en las manos un objeto amarillo y verde que se aproximába peligrósamente a su rostro.

Dale, tocame la cotorrita!! No te va a hacer nada. Probá!!

Se tiró para atrás como buscando más espacio, más aire, mientras la gente a su alrededor se reían de lo absurdo de la situación.

No tengas miedo, mirá que la cotorrita no muerde. - insistió la Tota con su mejor sonrisa y sus ojos pintarrajeados. La peluca y el vestido a cuadritos daban una imagen de conjunto grotesca.

Las carcajadas se sumaron a su reacción y enseguida entró en el juego. Alzó su mano y quizo acariciar la cotorrita de peluche pero la cercanía del juguete lo hizo dudar de si era una cachada - si algún chorrito de agua salía del pico y daba justo en su cara - .

Pero no te asustés! Mirá que no hace nada. Además, si la tocás, canta la cotorrita. Tocame la cotorrita!!!

Accedió al pedido en medio de una risa generalizada. Tocó la cotorrita mientras se reía y se olvidaba del tedio de la espera de las comparsas. Por unos minutos la monotonía se había quebrado.

Cumplida la misión se alejó alegremente en busca de su próxima víctima. No podía soportar las caras largas de esa gente. Quería cambiar esas miradas y buscaba, pacientemente, otros ojos mirando la nada, esperando a que algo pasara. Y ahí estaba, con su cotorrita verde amarillo y su peluca castaña. Distrayendo al aburrimiento vá la Tota despanpanada.
Gracias Tota por la sonrisa.

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