Los cultos van cambiando
Hace años que venimos viendo el auge del culto a los santos populares: el gauchito gil, la difunta correa, san la muerte...
Los más venerados tienen altares al costado de las rutas, en garitas improvisadas, en recovecos accesibles y bien visibles desde la calzada. Asoman así banderas rojas que bañan el paisaje indicando un lugar de beneración al gauchito gil; largas hileras de botellas plásticas son la señal del santuario de la difunta correa.
El ingenio popular siempre sabe cómo remitirse a sus beneraciones más allá de las imágenes pintadas de estos santos, apelando a un elemento aglutinante como los pañuelos o trapos rojo o las botellas.
En esos santuarios populares, accesibles a cualquiera, las ofrendas y los rezos son dejados en el lugar para reverenciar al santo. Se deja lo que se puede y lo que se tiene. Algunos de estos espacios de beneración sirven como espacios de intercambio de objetos - se toma lo que se necesita y se lo reemplaza con otra cosa -.
La creencia popular escapa de los dogmatismos institucionales y tanto estos santos como otros no reconocen una entidad que los administre: son los santos del pueblo.
En Mercedes hay varios lugares donde se puede ver esta devoción. Los más representativos, por vistozos y de gran dimensión son los que estan emplazados en la pulpería de Cacho Dicatarina - gauchito gil -, a la vera del camino que cruza el río Lujan y la ermita - difunta correa- que está al costado de la ruta nacional nro. 5 a metros de la entrada a la ciudad de Mercedes.
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