Mercedes en los zaguanes
Lewis Munford escribió sobre la ciudad y su destino signado por la actividad económica que la caracteriza. "Ciudad carbón" es el texto que elaboró sobre los habitantes de las ciudades inglesas de principio de siglo XIX, en plena segunda revolución industrial. Habitantes, hombres, mujeres y niños que vivían marcados por el oro negro que extraían de las entrañas de la tierra y que tiznaba sus vidas y sus pulmones.
Mercedes, una ciudad del interiór de la provincia de Buenos Aires, a unos cien kilómetros de la capital federal, era la promesa de una ciudad burocrática que tomaría el título de capital de la provincia: sus grandes edificios tribunalicios, la curia, el ejército, la cárcel, las instituciones más importantes de la vida del Estado estaban presentes y conformándose en esta parte de Buenos Aires. El proyecto quedó trunco con la aparición de un nuevo proyecto llevado a cabo por Dardo Rocha y su grupo político y económico, dentro de las internas de los sectores poderosos. Apereció La Plata opacando a "La perla del Oeste".
No obstante algo de ese resplandor inicial quedó en el espíritu de la ciudad. Los poderes del Estado, los edificios imponentes de los bancos Provincia y de La Nación, la zona de influencia en el mapa de la burocracia política administrativa aún se mantienen: Mercedes es cabecera de distrito en lo educativo, lo judicial. Posee un hospital provincial de relevancia en la zona X de salud y luego de la partida del regimiento 6 de infantería es cede de la Escuela de Gendarmería para suboficiales - donde se entrenan los gendarmes en contención de conflictos, misiones al extranjero y demás -.
Una característica no menor de este espíritu de grandeza es la existencia de chapas de profesionales en los umbrales de los zaguanes de las casas de Mercedes. Chapas, placas distintivas donde figura el nombre del profesional y su especialidad. Una marca distintiva que indica la morada de dicho profesional además del número del domicilio en el catastro municipal.
Durante un tiempo creo que ha habido más placas por casa por manzana que en cualquier ciudad del interior de la provincia, exceptuando a la capital provincial. Entre las profesiones destacadas figuran médicos, abogados, contadores, odontólogos, arquitectos, psicólogos, asistentes sociales, fonoaudiólogos, oftalmólogos, martilleros, ingenieros y demás.
De un tiempo a esta parte, la cantidad de chapas por puerta ha venido en disminución. No se si por un problema demográfico de mayor cantidad de desesos de profesionales en relación a nuevos letrados o por el creciente robo de placas que no perdonan ni hasta los muertos del cementerio, ni los señalamientos de lugares históricos - el cobre y el bronce junto al hierro y el aluminio están en alza en las cotizaciones de los reducidores de metales -.
Lo cierto es que cada vez se ven menos placas y chapas y el paisaje urbano se está modificando, perdiendo una de las características pintorescas de Mercedes, así como la desaparición de las babas del diablo y los bichos canastos; las mariposas en verano y las luciernagas. O quizás los profesionales, los nuevos, prefieran el anonimato, el perfil bajo frente a la exhibición característica de los "antiguos" moradores de Mercedes. Es todo un tema esto de la exhibición pública de los mercedinos que dá para otro artículo. Baste aclarar que una de las hipótesis que barajo es que los mercedinos son bichos de marquesina, aman las luces y la exhibición. El mirar y ser mirados.
La ciudad de las chapas está sufriendo desde hace años una transformación en las fachadas de los frentes de sus casas. El típico rectángulo metalizado es cada vez más, un ornamento extravagante y en extinción.