martes, 28 de octubre de 2008

Arte, arte, arte

Marta querida... o querida Marta.

La artista pop, Marta Minujin acaba de realizar otro de sus happenings o intervenciones urbanas en la ciudad de Buenos Aires. Haciendo alusión al emblemático nombre de la ciudad, se paseó por las escalinatas de la facultad de Derecho de la UBA, esparciendo, junto a un grupo de colaboradores, perfume.
A modo de las caminatas Madi, Minujín realizó el trayecto al grito de su slogan predilecto: arte, arte, arte para vivir el arte.
Querida Marta: quisiera agradecer la frescura de tus ocurrencias, tan cargadas de ironía y de justeza conceptual. Perfumar el aire de Buenos Aires es una paradoja en su exhabrupto: quién perfumaría el aire bueno de una ciudad que se jacta de ser la reina del Plata, la santa María de lso buenos aires?
Osadía del artista. Absurdo de la obra de arte. La impostura del arte contemporaneo.
Marta querida, alma inasible, faro del arte argentino. Tu arte traspasa los límites de lo cotidiano abriendo los ojos de los que pasan sin mirar.
Querida, Marta, querida.

lunes, 27 de octubre de 2008

Ya inauguró


En el Museo Ameghino - Marín de Mercedes.
Desde el 25 de octubre hasta el 09 de noviembre
calle 26 esquina 21

jueves, 16 de octubre de 2008

Muestra alumnos La Violetera 2008


Próxima muestra alumnos taller de arte

jueves, 9 de octubre de 2008

Adios a Nicolás Casullo

Maestro, filósofo, intelectual, ejemplo.
Cuando entré en la carrera de Ciencias de la Comunicación, una de las primeras materias que cursé fue Principales Corrientes del Pensamiento Científico. Una materia que no tenía correlatividades y que sin embargo fue importante para mi cursada. La cátedra era de Nicolás Casullo. Año: 1993. Pleno auge del menemismo.
En esa cátedra de la UBA había docentes de calidad excepcional: Ricardo Foster, Christian Ferrer, Alejandro Kauffmann.
Recuerdo que en uno de los últimos teóricos, Casullo conversaba con los alumnos sobre lo que la cátedra había pretendido transmitir a lo largo de la cursada. Hablaba del espíritu crítico del intelectual, de la posibilidad de pensar más allá de la historia, de los relatos consolidados, atravesando los ideologismos y poniendo el cuerpo en la toma de posición política. Criticaba el contexto social menemista. Bregaba por reflejar el momento histórico y descifrar las causas profundas que lo signaban.
Escribió textos esclarecedores, en consonancia con la figura de intelectual que propugnaba: un faro en la oscuridad de los tiempos.
Dirigió la revista Confines y fue uno de los propulsores de Carta Abierta.

Recuerdo en aquella clase teórica haber escuchado de Casullo el desafío por tomar el conocimiento, acceder a los intelectuales y sus concepciones de las maneras posibles, tomando los libros si fuera necesario. Hurtando el saber que se hace inaccesible.

Adios a un intelectual comprometido

martes, 7 de octubre de 2008

La costumbre de la siesta

Cuadro de Verónica Durand

A favor de la siesta




La siesta es una institución tradicional en los pueblos del interior. La hora del descanso, de la recuperación de energías, del sueño reparador a mitad de la jornada.



Tan vieja es esta costumbre que en el interior muchos comercios siguen cerrando su actividad luego del almuerzo y reanudándola pasada las cuatro de la tarde. Impensable irrupción del ocio en los grandes hipermercados y shoppings de las capitales. ¿Parar la actividad comercial para que puedan descansar los empleados?¿Qué costumbre es esa?



No se sabe a ciencia cierta cuando surge esta costumbre "pueblerina" de la siesta, pero no falta el opinólogo que asevere que es una costumbre de los holgazanes, cuya virtud consiste en prolongar las horas del sueño durante las horas diurnas para luego poder trasnochar sin consecuencias físicas. No hay razón pragmática, para los intelectuales del mercado y el capital, que justifique la existencia de un quiebre del ritmo del trabajo.



No obstante hay algunas voces que comienzan a elogiar esta ancestral costumbre. En un mundo hiperacelerado, de una vida frenética, la posibilidad de desconectarse con el ritmo hiperquinético del trabajo a destajo y la multiresponsabilidad es una salida saludable contra el estress y el surmenage.



Varios profesionales de la salud comienzan a llamar la atención sobre los beneficios de la siesta. Esta posibilidad de pausa, de desconexión, de desasceleración, serían una cura contra la hipertensión y el estress. El riesgo de paro cardíaco y problemas de tensión arterial, consecuencias de la aceleración de la vida cotidiana y la superposición de actividades son factores que disminuirían con un ritmo de vida menos agitado.



Toda una corriente filosófica-social está tomando fuerza en torno de la vida ociosa y lenta. Entre sus postulados, la siesta es una actividad ociosa importante.Quien quiera incursionar en algún libro sobre el tema, puede hacerlo leyendo "Con el sudor de tu frente" Argumentos para la sociedad del ocio. Un libro que recopila posturas a favor del ocio. Compilado por Osvaldo Baigorria, editorial La marca.



Sería cuestión de probar. Dejar de pensar en el trabajo por una hora y media y conciliarnos con nuestra salud por intermedio del descanso.



jueves, 2 de octubre de 2008

Historia de un norteamericano en decadencia



Diario de Mr. Maker






Luego del molesto sonido - ruido - que taladraba mis oidos, tomé un taxi en la quinta avenida y Central park sur y me dirigí, sin sentido, hacia el sur. El conductor, un jamaiquino con aire de extranjero adaptado a las nuevas costumbres, me llevó sin preguntar por las calles de Manhattan. Tomamos directo por la quinta avenida y pasamos frente al Madison Square park, doblamos por el Canal Street directo al Holland tunnel. Cruzamos el río Hudson en diez minutos; el tráfico estaba calmo a esas horas.

Desde la otra orilla la gran manzana se ve como un gigante autista en su mundo de cristal. Mientras cruzabamos el río por el tunel, miré los bonos de las compañías que tanto habíamos cuidado: Merryl Linch Bank, AIG y otras. El broker debe estar a estas horas convulsionado. Las noticias vuelan rápido en la gran manzana y la bolsa había comenzado a dar indicios de las malas noticias.

El taxista, en su mundo de reagge, seguía manejando sin preguntar nada. Ni siquiera parecía observarme por el retrovisor. En un segundo miré el interior del taxi: impecable a pesar del origen del conductor. Miré la tarjeta de identificación y lo llamé por su nombre: - Hey, Robert. Quisieras tomar un refresco? Yo invito. - le dije y asintió con un gesto casi imperceptible.

Paramos en el primer Mac y encargamos unas bebidas.

Mi celular comenzó a sonar y vi los números de mis clientes en el visor. Lo apagué. No había nada que decir. El bipper se lo regalé a un niño que jugaba con su mascota en la vereda del Mac.

Las luces de la ciudad comenzaban a encenderse.

Robert me miró por primera vez y no hubo necesidad de un gesto.

- Sí, seguiré al aeropuerto. Directo al aeropuerto Robert.

El taxista manejó rumbo al aeropuerto por la autopista principal. Tomé mi notebook y conecté directamente con la empresa de viajes American Airlines. Reservación primer vuelo a Sur America. Destino? ... Buenos Aires.

Salida? 19.20 hs.

OK.

Tarjeta de crédito: Master

Abono en un pago.

- Reservación aceptada - Buen Viaje.

Confirmé mi correo y cerré la notebook.

- Qué bueno es poder salir de esta gran basura.. No, Robert?

El jamaiquino asintió mientras tomaba su Coke.

Ok. - Adiós baby. Chau, big city. Me tomo el primer avión a cualquier parte y me olvido de esta mierda.

El celular, mi rolex, la notebook, las acciones: todo era una gran mierda.


Mientras nos acercabamos al aeropuerto, el taxi tomó la bajada y entró en el acceso al sector embarque.

- Gracias, Robert. Quédate con el vuelto y buena suerte.

-Tank you, mister. Y buen viaje.

Me dirigí directo al mostrador de American y dí mis datos. La empleada me dió el pasaje y caminé a sector de espera para embarcarme en diez minutos.

Era la última vez que pisaba suelo norteamericano. Me dije a mí mismo.

La policía aeroportuaria revisaba los bolsos, pero como mi equipaje era mi maletín con papeles, no hubo necesidad de abrirlo, el escanner había hecho su trabajo y nada parecía ser peligroso.

- Buenos Aires, ahí voy.

- El que no salta es un cretino, el que no salta es un bandido, el que no salta es no es argentino.

Continuará ... MrMakerhistory.blogspot.com